Hoy durante cuatro minutos el espíritu de Kurt Cobain se metió en mi cuerpo. Lástima que yo no tenga sus cuerdas vocales. Desde aquí pido perdón por romper los oídos de más de uno esta noche, aunque sabemos que la culpa fue de Verena y Maritta. ¡Yo no quería!
No hay comentarios:
Publicar un comentario