Buscando el cam... ¡no! ¡Buscando piso!

La búsqueda de piso se está convirtiendo en una gran aventura que merece ser contada. Atrás quedó aquella búsqueda desde España en la que bastó tan solo una llamada por Skype para encontrar un piso incomparable. Para los que no lo saben, estoy desde hace un mes buscando una nueva habitación en Alemania para vivir a partir de Abril. Esta búsqueda comenzó hace más de un mes y aún no he conseguido ninguno.  

¿alguna vez habéis visto los castings de "Factor-X" , "nace una estrella" o "tu si que vales" ? Pues  más o menos llevo este mes de casting en casting.  La única diferencia con estos es  aquí que no hay cámara de vídeo delante, pero no quiero hablar muy alto que aún me quedan varios por visitar.  

El primer piso que visité fue de lo más normal del mundo. Tuve una cita con tres muchachas alemanas en las que me enseñaron el piso, me ofrecieron una tasa de té y hablamos de nuestras vida durante media hora. Toda la conversación fue en alemán con lo que pude comprobar que mi vocabulario y el lenguaje de gestos me permite desenvolverme fácilmente durante media hora. 

El segundo piso que visité fue bastante brusco, un ¡Hola! ¿que tal? ésta es la habitación, cuesta ésto, ya te llamaremos, muchas gracias por venir. Creo que a primera vista no les caí muy bien, y eso que me había duchado antes de ir.

A los días después visité uno en una residencia de estudiantes. El piso lo compartían dos muchachas bastante tímidas y poco habladoras. Desde un principio me hablaron en inglés con lo cual fue mucho más fácil desenvolverme y fui yo el que tuvo que llevar a delante la conversación. La visita duró también una media hora, ya que llegó otra aspirante. 

A la semana siguiente seguí con las visitas y fui a un piso bastante bonito. Esta vez fue un bombardeo de preguntas de toda clase, en alemán por supuesto. Menos mal que no se hablar mucho, porque seguro que hubiese tenido que contar cuando aprendí a montar en bicicleta. Ese mismo día tuve que ir al otro extremo de la ciudad para que al llegar allí me dijesen que ya habían encontrado a alguien.

El siguiente piso fue con dos muchachas que viven en un sótano. Esta vez eramos 9 o 10 aspirantes juntos. Poco pude hablar con ellas (limitaciones del idioma y de no poder integrarme en la conversación colectiva). Me dijeron que pusiese mi nombre, correo y una frase sobre mí en un papel. La lista era enorme, yo fui el número 67.  Después me hicieron una foto para que recordasen quien era. Normal, con tanta gente... Esta forma de seleccionar a tu futuro compañero me pareció absurda, y solo espero que se equivoquen en la elección, por tontas...

La búsqueda continuó y el jueves pasado fue el casting de los graciosos. Este ha sido el más rápido y nada más llegar nos dijeron que el ganador firmaría el contrato ese mismo día. La lucha fue brutal, el que hacía reír más a los dueños, parecía obtener más puntos. Lógicamente me quedé atrás, la conversación se convirtió en un partido de tenis entre los otros dos aspirantes, y cuando me caía a mí la pelota, no sabía que decir. El jurado se dirigió a una de las habitaciones, y tras unos diez minutos volvieron con el veredicto final: fui el primer eliminado.

Y lo de hoy es digno de contarlo con todo detalle. Llegué al piso con los correspondientes 3 minutos de retraso para no parecer desesperado. Al entrar me recibió una muchacha muy simpática quien me enseño la habitación. Luego me llevó a la cocina, donde habían varias personas más. Observé que en la mesa habían muchos ingredientes para preparar comida, con lo que pensé que simplemente preparaban la cena. Pregunté como mejor pude en alemán quien eran los que viven en el piso, y mi sorpresa fue que los que estaban allí también eran aspirantes. Bueno, en verdad me enteré de eso con el paso del tiempo, ya que no entendí lo que me dijeron. Me pasaron una silla para sentarme y para mi sorpresa me dieron un plato con tomates para que los picaran- Luego un plato con fiambres para que también los cortara. Todos los que estábamos en la mesa hacíamos algo, mientras tanto yo no conseguía salir de mi asombro. Sin darme cuenta estaba con un grupo de alemanes preparando una cena.  

Al terminar de preparar, obviamente la comimos, mientras hablábamos de nuestras vidas. Bueno, como en anteriores ocasiones, más hablaban los otros. Entendía muchas cosas, pero aún así era imposible seguir el ritmo de la conversación. Si no hubiese sido por las preguntas sueltas que de vez en cuando me mandaba otro de los aspirantes, no hubiese hablado en casi toda la noche. Hubo un momento de silencio, en el que aproveché para hacerme con la conversación y cambiar un poco mi destino. No se me ocurrió otra cosa que pedir perdón por estar tan callado, y les dije que hablaba poco ya que era la primera vez que estaba teniendo una conversación así en un idioma distinto al español o inglés. Gracias a esto conseguí redirigir la conversación a mi favor, y hacerme un poco el gracioso y el centro de atracción. Todo esto gracias, sobre todo, a lo que me ha enseñado Verena (mi compañera de tandem) y a la historia del porque de mi nombre. Después de la cena, uno de los aspirantes dijo que tocaba la guitarra. A una de las muchachas no se le ocurrió nada mejor que decirle que tocase algo, y al final acabamos todos cantando.

Ahora la pregunta es ¿me llamarán? si no me llaman de este último lo entenderé, y al menos podré decir que por un día he cenado gratis.

Mañana la aventura continua ya que voy a ver tres nuevos pisos. Ya veremos que nos depara el día y por su puesto, espero poder contar el desenlace final aquí. Lo mismo acabo durmiendo debajo de un puente, lo mismo acabo viviendo con un par de alemanes locos, o con una anciana amante de los gatos. ¿quién sabe?  ¡Hagan sus apuestas!